14 al 18/11/2016 – Servicios de Dermatología de los Hospitales Carrasco, Centenario, Provincial y Vilela

Dr. Gabriel Salerni – Dr. Carlos Alonso

El cáncer de piel es el tipo de cáncer más frecuente en la especie humana. Cada año hay más casos nuevos de cáncer de piel que la incidencia combinada de los cánceres de mama, próstata, pulmón y colon. Existen 3 tipos principales de cáncer de piel: el carcinoma basocelular, el carcinoma espinocelular y el melanoma. El carcinoma basocelular es la forma más común de cáncer de piel, rara vez son mortales, pero pueden ser muy desfigurantes si se los deja sin tratamiento. El carcinoma espinocelular es la segunda forma más común de cáncer de piel, si bien su curso es benigno en la mayoría de los casos, tiene una mortalidad cercana al 2%. El melanoma representa menos del 5% de los casos de cáncer de piel, pero es responsable de la gran mayoría de las muertes por cáncer de piel.

Con la llegada del verano y las altas temperaturas, las actividades al aire libre empiezan a ganar terreno entre las preferencias de la población. Esta mayor exposición a la radiación ultravioleta implica una necesaria concientización de los potenciales riesgo.

El sol es indispensable para el organismo humano. Aporta importantes beneficios: es la principal fuente de vitamina D, imprescindible para que el organismo pueda absorber el calcio, tan necesario para mantener los huesos fuertes y sanos.El sol también aporta otros beneficios, pero un exceso de exposición conlleva riesgos muy concretos.

Una exposición prolongada al sol y sin la protección adecuada se asocia a quemaduras solares, manchas en la piel, envejecimiento cutáneo precoz y riesgo de cáncer de piel.

Es recomendable un protector solar con un factor de protección solar (FPS) de 30 como mínimo, aplicado media hora antes de la exposición, repitiendo su aplicación cada 2 hs. o con mayor frecuencia si se está en el agua o se transpira mucho (algunos protectores solares son más resistentes al agua que otros, pero no existe el que lo sea al 100%). Se debe tratar de limitar la exposición solar entre las 12 y las 16 hs. Este el período de tiempo en el que los rayos llegan más verticales y, por lo tanto, penetran más. La mejor protección se logra con la combinación de búsqueda de sombra, uso de gorra o sombrero, gafas de sol y ropa. Contrariamente a lo que se cree, la ropa blanca es más fresca pero protege menos, mientras que la negra es más calurosa pero nos cubre más de los efectos del sol.

Hay que tener en cuenta que el sol no es la única causa de cáncer de piel. Los factores hereditarios y genéticos tienen mucho peso en la aparición de cáncer de piel, el que puede aparecer tanto en zonas del cuerpo ocultas al sol como en la piel de personas que no suelen tomar sol.

Se han diseñado estrategias para alertar a la población sobre la presencia de manchas o lesiones sospechosas en la piel, que debieran ser evaluadas por el dermatólogo. La regla del ABCD, se aplica a aquellas lesiones que son asimétricas (A), que tienen bordes irregulares (B), varios colores (C) y un diámetro mayor a 6 mm (D). También se ha alentado a la población a la población si una lesión de piel pica, sangra o duele. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que el cáncer de piel, sobre todo en etapas iniciales puede carecer de estas características y no presentar ningún tipo de síntomas.

El dermatólogo, ayudado por el dermatoscopio, una especie de microscopio que permite la visualización de características no visibles a simple vista, puede observar pistas para diagnosticar el cáncer de piel, que de otra forma podrían pasar por alto. Por lo tanto, toda persona debe incluir el control rutinario con el dermatólogo al menos una vez al año, con el objetivo de detectar el cáncer de piel en fases iniciales y curables.